domingo, 19 de noviembre de 2006

miro popic... y la mision gula...

TalCual
Contraportada
misión gula
PROHIBIDAS las hallacas
Miro Popic

Señoras y señores, prepárense, de seguir este gobierno después del 3 deDiciembre, estará prohibido comer hallacas so pena de ser acusado portraición a la patria. Créanme, Si ya prohibieron los arbolitos de Navidad yla figura de San Nicolás por ser considerados ajenos a nuestra cultura ysímbolo del imperialismo, lo mismo pueden hacer con todo lo que no seaprecolombino.Nuestro plato navideño emblemático es una muestra del sincretismo que seregistró a partir de 1492. Tiene una importante contribución originaria comoes el maíz americano, pero todo lo demás nos llegó del exterior. Cualquierdeconstrucción de la receta no aguanta un examen riguroso, empezando por lahoja de plátano con que se envuelve, legado exógeno a pesar de que nosparece nuestro.¿Ustedes le ponen cebolla, verdad?Pues bien, además de hacernos llorar, la cebolla vino con los conquistadoresaunque no le guste al ministro Lara. ¿Y la carne? El ganado vacuno no seconocía por estos lados antes de Colón. Aquí encontró terreno propicio parasu reproducción y fue gracias a su aporte proteico que nuestro Libertadorpudo montarse en un caballo, también exógeno, y recorrer los Andes en sugesta independentista.Tampoco teníamos gallinas, ni carne de cochino, ni pasas, ni alcaparras, niencurtidos, ni vino para cocinar, ni siquiera papelón. El popular y morenoedulcorante, tan criollo para muchos, es tan extranjero como los médicoscubanos que nos visitan o los fusiles AK44.Salvo la masa y el onoto para colorearla, nuestra patriótica hallaca tienetantos componentes foráneos que la hacen merecedora de la condenagubernamental, de ser fieles a su planteamiento originario americanoantiimperialista. Y ni hablar si le ponen almendras, como la receta de donArmando Scanonne. Otro componente de la mesa navideña venezolana que deberíaser execrado, de acuerdo al pensamiento único oficial rojo, rojito, es elcerdo. Salvo el báquiro salvaje, la carne de cerdo no se conocía en nuestratierra hasta la llegada de los españoles, quienes la popularizaron yfomentaron su crianza. Si fue el colonizador quien la trajo, entonces nosirve y debe ser prohibida. En esta prohibición entra también otro factorideologizante para el gobierno. Como todos ustedes saben, en los paísesmusulmanes el consumo de carne de cerdo está prohibido por la religión y siel principal aliado es Irán, entonces, por compromiso, cero cerdo de ahoraen adelante. ¿Qué tal?Tampoco deberíamos comer pan de jamón ni en Navidad ni nunca porque todos,léase bien todos sus ingredientes, son de fuera y se trata de una comida noendógena.Y cuando llegue el año nuevo, olvídense de las uvas para acompañarlas doce campanadas. La uva es europea, luego, no sirve, como tampoco elpoema de Andrés Eloy Blanco, quien era un ilustre adeco, por si se les haolvidado.Sólo de nosotros mismos depende entonces la mesa navideña. En nuestras manosestá convencer a los indecisos, para que todos podamos comer hallacas en pazen diciembre.¡Atrévete!

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